La vacuna contra el coronavirus debe salvar vidas, no aumentar ganancias
Todos los años me aseguro de que mi hijo reciba la vacuna contra la gripe (influenza/flu) tan pronto como está disponible. La gripe puede ser devastadora para mí porque mi sistema inmunológico es muy débil debido a una enfermedad renal crónica y me siento muy agradecida por los científicos de todo el mundo –y por todo el dinero de nuestros impuestos– que se dedican a crear una vacuna contra la gripe
que ayuda a mantener a mi familia saludable.
Como la temporada de la gripe todavía está en pleno apogeo –y se calcula que aproximadamente 10,000 personas han muerto en Estados Unidos solo durante esta temporada (en serio, vacúnense contra la gripe)– la noticia de un brote de un nuevo coronavirus también está causando preocupación. Los informes que indican la posibilidad de una futura pandemia hacen evidente la necesidad de una respuesta enérgica por parte de nuestros funcionarios electos.
Fondos públicos provenientes de nuestros impuestos han pagado por el desarrollo de tratamientos y vacunas contra el coronavirus, pero el Presidente Trump y el Secretario Azar del Departamento de Salud y Servicios Humanos están considerando otorgar monopolios a las corporaciones farmacéuticas para que los vendan al precio que deseen para poder maximizar sus ganancias. ¡Ha llegado el momento de alzar nuestra voz!
¡Esto no está bien! Hemos sido testigos de lo que pasa cuando las grandes compañías farmacéuticas tienen monopolios para establecer el precio de los productos farmacéuticos (recuerda que pagamos $600 por insulina en Estados Unidos que cuesta solo $11 en Alemania).
La urgente necesidad de una vacuna contra el coronavirus que sea económicamente accesible es solo el ejemplo más reciente de por qué debemos frenar el poder de la Grandes Farmacéuticas. Los Institutos Nacionales de Salud –que son parte del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos– han invertido hasta ahora casi $700 millones del dinero de los contribuyentes en estudios para desarrollar una vacuna contra el coronavirus. Ahora las grandes compañías farmacéuticas se están preparando para atribuirse los
logros y aprovecharse de esta crisis.
Pero los estudios, tratamientos y vacunas financiados a través de fondos públicos no deben ser entregados a las corporaciones privadas sin ningún control para que puedan cobrar un precio exorbitante a los pacientes y llevarse una buena tajada de las ganancias. Debemos asegurar que los estudios y descubrimientos financiados con el dinero del público no solo sean usados para hacer frente a las urgentes
necesidades del público, sino también para hacer que los medicamentos y tratamientos creados sean económicamente accesibles y que el público que pagó para ayudar a crearlos tenga acceso a ellos.
¡Firma ahora! ¡No otorguen licencias exclusivas (monopolios) a las compañías farmacéuticas!
Aunque tener una vacuna económicamente accesible contra el coronavirus sería un excelente primer paso para hacer frente a esta amenaza a la salud pública, existen muchas otras cosas importantes que puede hacer la administración Trump para cambiar de curso y asegurar la salud de nuestras familias.
¿Cómo qué? Cuando 34 millones de trabajadores en Estados Unidos no tienen días pagados por enfermedad; cuando la cantidad de personas que no tienen seguro de salud ha aumentado debido al sabotaje de la administración Trump de nuestro sistema de salud y cuando los fondos para financiar la seguridad de la salud mundial han sido recortados– nuestra capacidad de contener y combatir una
pandemia mundial de salud, como el coronavirus, se ve afectada.
¡Demos el primer paso hoy! Dile al Presidente Trump y al Secretario Azar que las vacunas y los tratamientos desarrollados usando el dinero de los contribuyentes de Estados Unidos deben ser económicamente accesibles para el público –y que no deben otorgar el monopolio de las vacunas o tratamientos contra el coronavirus a ninguna compañía farmacéutica.
No permitan que las compañías farmacéuticas se beneficien económicamente de una crisis de salud mundial y tampoco
permitan que cobren precios exorbitantes por las vacunas y tratamientos desarrollados usando el dinero de los contribuyentes.
Como nuestros Institutos Nacionales de Salud han gastado casi $700 millones en estudios y en el desarrollo de tratamientos contra
el coronavirus, les pedimos que NO otorguen una licencia exclusiva a ningún fabricante del sector privado por una vacuna o tratamiento
contra el coronavirus que pueda hacer que sean muy costosos poniendo valiosas vidas en peligro.
En momentos en que el mundo está cada vez más en peligro de atravesar una pandemia que amenaza la salud pública y se deben
desarrollar tratamientos rápidamente que deben ser económicamente accesibles para el público, ninguna compañía debe controlar el desarrollo y el precio de una vacuna contra el coronavirus. La salud de las familias estadounidenses debe ser más importante que las ganancias de la industria farmacéutica.
Las opiniones expresadas en estos blogs no son necesariamente representativas de las posturas en las políticas de MamásConPoder ni en campañas activas.