Una Mamá Bilingüe viviendo en una Nación Monolingüe: Mi Experiencia Criando un Hijo Bilingüe
Mi esposo y yo nos consideramos bilingües y alfabetizados en dos idiomas. Como ex maestra de lenguaje dual, siempre supe que quería asegurarme que nuestra hija recibiera el regalo del lenguaje.
Debido a mi experiencia en educación bilingüe, siempre he analizado en exceso el entorno en nuestro hogar, tratando de asegurar que mi hija estuviera completamente inmersa en el lenguaje. Teníamos una regla de hablar solo español en la casa, pero muy pronto nos encontramos cambiando de código naturalmente. Es un mundo en el que mi esposo y yo vivimos cómodamente. La fluidez en dos idiomas no se sometió a mi regla de “solo español”.
Tratamos entonces de implementar un modelo de usar dos idiomas en casa en el que mami hablaría solo español y papi hablaría solo inglés. Sin embargo, cuando regresé a trabajar tiempo completo 18 meses después, la adquisición del idioma español volvió a ser un desafío. Aunque la mayor parte de nuestra familia es bilingüe, mis hermanas y padrastro no lo hablan con la misma fluidez. Debido a esto, en la casa de “awita” (la forma como mi hija dice abuelita) se hablaba principalmente inglés. Mi mamá me ayudó cuidando a mi hija mientras yo estaba en el trabajo e hizo lo mejor que pudo para hablarle español, pero el inglés siempre era dominante. Pronto me di cuenta que mi hija estaba aprendiendo inglés y que su vocabulario en este idioma estaba aumentando. Era selectiva con el idioma. Algunas palabras y frases las decía en español mientras que prefería decir otras en inglés. Le decía constantemente “y en español se dice _______.” Las continuas indicaciones y recordatorios eran imperativos, pero agotadores. Había días en los que simplemente no lo hacía porque era abrumador tratar de usar nuestro idioma materno en una nación tan mono lingüística como en la que vivimos.
No quería rendirme, pero estaba preocupada. Me preocupaba haberle fallado a mi hija. ¡Me preocupaba que mi pequeña de 2 años no fuera bilingüe, que rechazara el idioma que quiero tanto y que no cosechara los innumerables beneficios cognitivos y sociales de ser bilingüe! Aunque sabía que estaba haciendo lo mejor posible, sentía que no era suficiente. ¿Qué se supone que debe hacer una mamá bilingüe?
¡Inscribirla en un preescolar de inmersión en español por supuesto! Tuve el privilegio de trabajar en una escuela pequeña de idiomas en Redondo Beach, CA cuando estaba estudiando mi licenciatura. Enseñé español en programas después de clases y programas de verano. Años después, esta pequeña escuela de idiomas abrió un preescolar de inmersión en español que prepara a sus estudiantes para programas duales de lenguaje a través de unidades temáticas basadas en juegos en el idioma objetivo. Decidí inscribir a mi hija en su programa transicional 2 dos veces por semana. Los primeros meses fueron difíciles y estuvieron llenos de lágrimas. Sin embargo, con el tiempo, vi a mi hija desarrollarse en varias áreas y el idioma fue una de ellas. Avancemos 3 años, ahora mi pequeña está en su tercer año en la escuela. Decidí dejarla un año adicional en su escuela en lugar de inscribirla en TK porque no existen programas duales de lenguaje en los TK de nuestra área. Acaba de cumplir 5 años y asiste tiempo completo a una escuela en donde pasa todo el día aprendiendo y jugando principalmente en español. Sabe los colores, los números hasta 30, formas, sonidos iniciales (oso, oso, o-o-o), tiene un extenso vocabulario del nivel 2 y nivel 3 y puede sostener conversaciones cortas en español. Su capacidad de escuchar en español es impresionante. Pero lo más importante es que se divierte y disfruta yendo a la escuela todos los días. Aunque me preocupa cuál será su próximo hito idiomático, ser aceptada en el programa dual de lenguaje de nuestra preferencia, me siento agradecida por el apoyo que sus maestras y del director de la Academia Yak. Mi hija no solo ha crecido académica y socialmente, también está ansiosa de practicar su español en casa.
Hubo días en los que quise dejar todo de lado. Pero seguí adelante y me siento agradecida de haberlo hecho. Me apasiona la educación multilingüe y multicultural y seguiré empujando a mi hija hasta que pueda leer Don Quijote y escribir un análisis examinando los temas más importantes de la novela. Ok, ok, tal vez no lleguemos hasta allá, pero saben a lo que me refiero.
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